domingo, 24 de octubre de 2010

Botellón equivale a molestia


Como mínimo significa eso para cualquiera de los vecinos cuya casa se vea envuelta en uno de estos tinglados nocturnos. Algunos Ayuntamientos se muestran cautelosos con las medidas drásticas porque temen más a la pérdida de popularidad que a marcar unas pautas básicas de buen comportamiento.
El denominado “botellón” español, que en otros países recibe otros nombres, consiste en esa reunión informal en exteriores, en la vía pública, donde los jóvenes pueden beber sin control. 

Poco a poco, las policías municipales van implementando recorridos preventivos en los que buscan aplicar la expresa prohibición de beber en la vía pública y cada fin de semana se realizan decenas y decenas de actuaciones con multas. Pero a veces no llegan a intervenir con la debida premura en una zona, hasta que la indignación vecinal llena las calles con mensajes claramente dirigidos a los gamberros que con sus gritos, sus desmanes de alcoholizados y la consecuente suciedad que dejan (entre los envases de plástico y vidrio, las bolsas con restos de comida, los chorros de orín que siguen la pendiente de la calle, algún que otro vómito junto a un portal y hasta heces en lugares algo más recogidos), alteran de cabo a rabo la tranquilidad nocturna del barrio en el que se asientan.

En el caso de Alicante, un nativo de pro comentaba que de las zonas costeras de Pza Canalejas, los “echaron” al borde del Postiguet, donde se “instalaron” a ambos lados del hotel Melià, hasta que las quejas de las dirección y algún que otro video filmado por huéspedes desde sus habitaciones y publicado en YouTube demostraron que no parecían la mejor imagen turística de la ciudad.

El Ayuntamiento no quiso prohibirlo de plano y sugirió tibiamente la posibilidad de trasladar estos “festejos juveniles” a la zona Volvo (amplia explanada sobre uno de los muelles del puerto), donde con seguridad no molestarían a nadie. Es decir, algo así como ocultar los desmanes sin intentar resolverlos con alternativas. Por fortuna la Autoridad Portuaria recordó la jurisdicción sobre dichos terrenos y las Asociaciones de Comerciantes también reclamaron medidas más racionales.

Las decisiones de fondo siguen sin tomarse en la ciudad y ahora los jóvenes se han instalado en zonas altas del barrio Santa Cruz, situado en las laderas del monte Benacantil y que fue muy bien rehabilitado en infraestructuras y aspecto hace pocos años.

Lleno de escalinatas que conectan las distintas callejuelas, es tranquilo, pintoresco y es uno de los destinos habituales de los paseantes amantes de las caminatas. Pero por las noches de fiesta (que en esta ciudad llegan a prolongarse de 3 a 4 noches por semana) para los jóvenes, ese espacio de difícil intervención policial se ha convertido en un refugio por el que los vecinos luchan actualmente, en busca de la paz y el silencio que cualquier persona desea durante la noche para descansar.


Siendo un problema de ámbito local, los “botellones” deberían ser resueltos por las respectivas autoridades municipales de cada ciudad, sin temor a perder una popularidad frente a un grupo de jóvenes que entienden el alcoholismo y los desmanes nocturnos como diversión, a menos que tampoco les importe perder, por el contrario, su popularidad frente a los vecinos y a las Asociaciones que los representan. Las alternativas existen y el hecho de que las pongan en práctica o no delinea el tipo de interés que tenga cada equipo de Gobierno local en resolver los abusos del alcohol entre sus ciudadanos. •

2 comentarios:

  1. La verdad es que es indignante que nadie se pueda meter así en tu casa (porque es eso: una invasión de tu intimidad). No es que no esté de acuerdo en la última frase, pero no creo que un gobierno local pueda frenar el abuso del alcohol por parte de los jóvenes (ni de nadie), pero sí las tropelías que comenten a consecuencia de.
    Por cierto: has tenido un desliz "valenciano de Valencia", jajaja, porque aquí la plaza Cánovas, no existe (y sé que era una zona de marcha en nuestra querida ciudad vecina).

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  2. oops, sí, quise decir pza de Canalejas

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